miércoles, 21 de octubre de 2020

LOS CINTURONES NATURALES


Hace unos años, vi un vídeo de Rener y Ryron Gracie, donde hablaban de 5 reglas a tener en cuenta si quieres seguir practicando BJJ después de los 40 años. Por si interesa, aquí dejo el enlace del vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=FGk_urw1_hA

Y en el blog de Pasando la Guardia, publicaron un post con la traducción de estas reglas en castellano:

https://www.pasandoguardia.com/2015/03/jiu-jitsu-con-mas-de-40-anos/

Rener y Ryron explican que cada 9 kg, aproximadamente, la persona tiene ventaja sobre otra. Del mismo modo, que cada 10 años menos, también se tiene ventaja. En estas dos situaciones, es lo que llaman “LOS CINTURONES NATURALES”.

A día de hoy sigo intentando aplicar esas reglas, tanto en mi práctica de BJJ, como en las clases de Kyokushin; y lo comento a menudo con mis alumnos.

Cuando lo expliqué por primera vez en clase, una Senpai dijo:

“Después de muchos años practicando artes marciales (karate Kyokushin y BJJ) por fin he encontrado alguien que ha puesto nombre a algo que he sentido en infinidad de ocasiones.

Como mujer y practicante de artes marciales, he sentido muchas veces una gran frustración, por no alcanzar las metas a las que se suponía que tenía que llegar por el color de mi cinturón. Y es que venia cualquier chico corpulento a probar una clase y, sin tener ni idea de karate, me costaba muchísimo plantarle cara, por el simple hecho que sus golpes, sin ningún tipo de técnica, tenían una potencia que casi “me desmontaba”; aun siendo yo cinturón negro. 

Además, estoy cansada de ver cómo se realizan cursos de defensa personal “femenina” en la que les prometen que en dos horas vas a aprender llaves mágicas o golpes poderosos, para reducir o detener a un agresor; a mujeres que ni siquiera saben cerrar la mano, con su perfecta manicura, y se acaban haciendo daño en la muñeca por practicar puñetazos contra un saco. 

Ninguno de mis profesores se planteó nunca, y menos me explicó, que simplemente por pesar más que yo, aquellos chicos, muchas veces culturistas, que venían a probar una clase, ya tenían esa ventaja natural, de la potencia y fuerza que le daba el peso”.

Entramos entonces en el dilema de la técnica. En Kyokushin tenemos ejemplos como el de Kenji Midori o Ryu Narushima, hombres de complexión pequeña, que han plantado cara a tipos grandes; incluso Kenji Midori llegando a proclamarse campeón del Mundo. En estos dos casos, nadie puede dudar de la calidad técnica de estos luchadores.

Y en BJJ, en Youtube hay muchos videos de chicas o chicos pequeños, sometiendo a contrincantes más grandes, gracias a una superioridad técnica..

No podemos perder de vista que, aunque tanto en Kyokushin como en BJJ se realizan competiciones abiertas en lo que a peso se refiere, en ambos casos existen una reglas “deportivas” para los combates. Las personas que participan en este tipo de campeonato llevan un entrenamiento especial durante mucho tiempo, para poder participar en estos campeonatos.

Pero por norma general no es así. El resto de los “mortales” que asisten a clases dos o tres veces por semana, después o antes de una jornada de trabajo, tienen el nivel técnico que su ritmo de vida le permite, dependiendo también del tiempo que lleven practicando.

Por este motivo, bajo mi punto de vista, tanto en Kyokushin, como en cualquier arte marcial, los cinturones naturales están presentes y son muy importantes. 

Hay que tenerlos en cuenta tanto el que enseña como el que aprende, para poder disfrutar de nuestro arte marcial hasta que estemos bien entrados en años.